viernes, 7 de agosto de 2009

El librero...

Muchas pero muchas veces me pregunté qué leen los empleados de las librerías.. Dudé muchas otras veces si ellos leyeron aquel libro que sentencian como "muy interesante" o "muy bueno"...
Yo creo que los hay ocasionales.. y los hay dedicados. Y a primera vista, agrupo en la 2° categoría a aquellos vendedores que usan anteojos.
Una vez le pedí ayuda a un librero y no recordando el título, le dije: es de Galeano.. y trata de tal y cual cosa. Me interrumpió para decirme no sólo el título sino para corregirme el nombre del autor. Así da gusto que te asistan en un comercio.

Otra vez, en el Ateneo (Gran Splendid) estuve como 15 minutos en el sector TURISMO... reconfortándome en la cantidad de destinos posibles... en lo divertido que podría ser ser turista en buenos aires.. en todas las guias y mapas que me compraría.. y en todos los viajes que me gustaría hacer. Me preguntaba si alguien comprará esos libros enormes de fotografías de paisajes.

Otra vez, en el mismo lugar, me detuve a ver todas las obras que hay del CHE.,. y un tipo.. de unos 45 años se me puso a charlar y me terminó invitando a unos ciclos de cine sobre la revolución cubana...

Peeero, también me gusta tener en mi casa el sector "libros". Ese lugar que de pronto me llama, me chista y me dice: ey, es hora de que te des una vuelta por acá..
Me gustan los libros viejos con olor a años. Con color amarillento casi amarronado de las hojas. Me divierte ir al final y ver la fecha de edición. Me imagino por todas las manos que pasó ese libro. Me encanta revisar si alguien antes que yo, subrayó alguna que otra frase. Me gusta ver si hay algún papelito usado como señalador. Ayer justamente en "La mujer rota" de S. de Beauvoir, encontré un billete de lotería de beneficencia nacional y casinos que se sorteaba el 23/10/1970 !!

En cambio, con los libros nuevos pasa otra cosa. Los compro, los cuido pero primeramente los firmo y los fecho. Porque en este caso, soy yo la primera. Mis manos son el comienzo de ese eterno olor, ese eterno uso y desgaste de cada página. Y siendo de las pocas cosas que persisten en el tiempo, -porque nadie tira un libro, por mas viejo que sea- me parece una herencia fantástica. Que no solo aloja la historia escrita por el autor, sino muchas de las sensaciones de todos aquellos lectores que quizas dejaron su huella con un suspiro que humedeció eternamente el espacio entre un párrafo y otro.
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4 comentarios:

Nano dijo...

Cuando era chico, en el verano, le robaba el libro que había empezado a leer mi viejo antes... jajaja... pobre, siempre le hacía lo mismo

FlorA dijo...

mi vieja fue librera muchos años, ahora no tanto (está en otra función), y creo que la lectura le pasa por la vida como a todos nosotros, solo que tiene más capacidad para discernir si el libro recomendado es una cagada o no.
si querés pasame una lista y le digo que nos diga que tal son...
beso

FloR.- dijo...

jaja
me di cuenta que cuando voy en el colectivo o subte me genera muchísima intriga ver qué libro esta leyendo la gente...
busco todo el tiempo con la mirada la tapa del libro...

y otra cosa q me pasa: cuando hay alguien parado que viene leyendo, y se desocupa un asiento, se lo dejo... se lo merece.

Cristal dijo...

Flor, te felicito. Me sentí transportada con tu relatro. No hay para mi fragancia mas linda que la de las librerias, sea las que tienen libros nuevos o no. Con respecto a los vendedores de las libreias, los envidio profundamente, son unos capos lo que saben con solo decir un titulo o el autor. Encotré en una oportunidad un libro de Gabriel García Marquez, editado en 1968, sus hojas totalmente marrones por el paso del tiemo y el modelo de la tapa era muy particular y viajando en el colectivo, una chica iba leyendo ese libro de esa tapa que yo había visto, me causó mucha gracia , porque me dije, no hace falta que me ponga a torcer la cabeza o forzar la vista saber que lee. Sentí que no estoy sola en este mundo, que hay gente que comparte los mismos gustos y placers por los libros, en la era del Internet. Besos