miércoles, 21 de julio de 2010

PuZZle

A partir de mi adquisición puzzlemaníaca... comenzaron a sucederse dentro de mi cabeza una serie de frases... mas que frases, yo diría AFIRMACIONES sobre la directa vinculación que existe entre un rompecabezas y la vida misma...
Si, es cierto que la idea de hacer encajar 1500 piezas puede conducirte a un estado de shock mental y hacerte pensar en este tipo de ideas. Pero aprovechando que salieron a la luz.. actualizo mi blog! (A pedido de mi amigo M. Salvador A.)

Yo creo que no existe otra forma posible de comenzar un rompecabezas que no sea: armando el borde. Porque, aparte de que uno ya abre la caja esperanzado en que la tarea será fácil y divertida, uno busca todas aquéllas piezas que tengan un borde liso. Y uno se motiva, porque -digamos la verdad- esta primera etapa es muy sencilla.
Y esta idea de relacionar piezas con la vida me lleva directamente al libro de Galeano "todos los nombres" donde un señor que trabajaba en un registro civil.. rodeado de partidas de nacimiento y de defunción, se obsesiona con algunas de ellas y se pone a buscar a sus titulares.
De todas formas, su tarea es mucho mas ardua que la mía. Porque podemos saber qué persona es, donde nació, que día y a qué hora.. pero dificilmente podamos saber dónde se encuentra en el momento en que el empleado del Registro Civil se la pone a buscar. En mi caso, la solución es mucho más feliz: la solución está dentro de la caja. Y esto se relaciona directamente con aquéllas situaciones en que las cosas estan al alcance de la mano.. o a la vista de todo, o frente a tus ojos.. y no somos capaces ni de advertirlo.

En mi puzzle todo es un poco mas facil. Existe una primera selección cromática. Que ojo, a veces no es nada fácil.. porque los colores suelen repetirse. De manera que existe una segunda selección, en relación a la forma. Por supuesto que después de mirar y mirar permanentemente a 1400 y pico de fichas esta misión se vuelve más complicada. Y acá es donde llega otra de mis afirmaciones: a veces es necesario dejar pasar un rato, tal vez horas o incluso algún día para intentar que las piezas encajen perfecto. Y el tiempo es una de las ideas más retorcidas, cuestionadas y ordinarias que hay en este mundo. La picardía de pensar en dejar que el tiempo pase para encontrarle la solución a algo. Lamentablemente, esto a veces es lo mejor.

Mi rompecabezas va tomando forma. De a poco empiezan a distinguirse todos sus dibujos. Es muy motivador ver como uno avanza en el proceso de hacer que las cosas encajen perfecto en su lugar.
Reconfortarse sabiendo que, aunque nosotros no hayamos descubierto aun nuestro lugar en el mundo, rara vez volvamos a encontrarnos en un paraiso dibujado... en donde cada cosa tiene su lugar.